Tango Sensei

Anibal Troilo siempre está volviendo

Informações:

Sinopsis

Mil veces hablamos de él y otras tanto, lo escuchamos con la fruición de quien oye un concierto de Debussy o Chopin. Pichuco representa para el Tango lo que el obelisco o el Teatro Colón para el argentino, o la Torre Eiffel para los franceses. Nadie como este hermoso gordo mágico, pudo plasmar el sentimiento tanguero con sólo oprimir las teclas de un bandoneón que representaba el pulmón de Buenos Aires. Sus composiciones tan sensibles en sus acordes, llenas de verdades y ternura infinita. Pudo tocar con orquesta o acompañado por la guitarra de Roberto Grela, otro enorme, que aportó talento y calidad a nuestra música ciudadana, esa que se hizo de fama internacional por valores propios. Pichuco nunca se fue de su barrio, porque siempre ‘estaba llegando’. Amigo sin dobleces, músico de alta gama, cuando se encerró en un cuarto al enterarse de la muerte de su gomia Manzi y le compuso un ‘responso’ inolvidable, sensible y de infinita inspiración, demostró sobradamente que siempre su talento respondió a los avatares