Apuesta Por Ti

El Tercer Acuerdo consiste en “no hacer suposiciones”. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto: “Juraríamos que es real”. Entonces se produce una secuencia habitual: “Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan, nos lo tomamos personalmente y después los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras”. En esta pequeña catástrofe de todos los días, “acabamos haciendo un gran drama de nada”, dice Miguel Ruiz. “La peor suposición que podemos hacer, la más errada, es que todo mundo ve la vida del mismo modo que nosotros”. Hacer suposiciones en nuestras relaciones significa buscarnos problemas. A menudo, suponemos que nuestra pareja sabe lo que pensamos y que no es necesario que le digamos lo que queremos. Suponemos que hará lo que queremos porque nos conoce muy bien. Si no hace lo que creemos que debería hacer, nos sentimos realmente heridos y decimos: “Deberías haberlo sabido”. Otro ejemplo claro: no