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Sinopsis

Cuando la pareja imperial empezó a utilizar dormitorios separados, esta habitación se convirtió en el dormitorio del emperador. Francisco José dormía en esta sencilla cama de hierro reflejándose así el modo de vida espartano del emperador. Francisco José comenzaba su día antes del amanecer, normalmente a las cuatro y media. Sólo tras grandes fiestas se permitía dormir una hora más. Primero un ayudante bañaba al emperador en una bañera de caucho que se colocaba diariamente en el dormitorio. El sencillo tocador que servía para el aseo diario y que puede ver delante de la cama, es una muestra más de que Francisco José prefería un mobiliario sencillo en sus dormitorios privados y de que consideraba superfluo cualquier tipo de lujo. Una vez el emperador se había vestido rezaba sus oraciones de rodillas en el reclinatorio que ve al lado de la cama. Seguidamente se le servía al emperador el desayuno en su despacho. w