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Sinopsis

  «¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!» (Filipenses 4:13) Estás corriendo la carrera que tienes por delante, moviéndote a toda velocidad con la bendición de Dios. De repente, ¡zas! Te estrellas contra una pared. Puede ser una pared de enfermedad o de dificultad económica, de fracaso espiritual o de problemas familiares. Sin importar que tipo de pared sea, el efecto siempre es el mismo. Te detiene por completo. La pregunta después del impacto es: ¿Qué harás? Te sentirás tentado a retroceder y a renunciar pero, ¡no lo hagas! Dios te capacitará para atravesar esa pared y proseguir a la meta. No estoy diciendo que es fácil. En realidad, es bastante difícil. Pero deberás perseverar en los tiempos difíciles si quieres progresar en la vida. Pregúntale a cualquier atleta y te dirá lo mismo. Si el atleta ha triunfado, sabrá de qué se trata. Él ha tenido que entrenarse y prepararse al máximo. Ha sentido que le duele el costado y también los pulmones; ha tenido calambres en las piernas y los muslos. Cuando