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La genética de nuestra piel, el sol, la deshidratación, no dormir, el cansancio, una mala circulación de la sangre, la tendencia a retener líquidos, un posible edema por alergia, una dieta con exceso de sal, un abuso del azúcar, el estrés… todo eso junto o separado poco a poco ha ido haciendo que se nos envejeciera la mirada porque en la zona que rodea a los ojos la piel ha cedido y las bolsas y ojeras han aparecido. En la zona inferior de los ojos el mejor aliado es el corrector, pero si no queremos andar todo el día dándonos maquillaje, hay tratamientos que van a hacer desaparecer esas bolsas y ojeras además de tersar la piel del párpado superior que tanto condiciona la mirada.