Beisbol Orioles De Baltimore En Español

El nativo de Houston podemos decir que hoy se graduó como grande liga al ganar el partido más importante de su carrera hasta hoy. Tenía que ganar. Tenía toda la presión sobre él. Tenía todos los ojos de los que siguen la pelota sobre él. Y no desentonó. Desde el primer lanzamiento ya sabíamos que teníamos un gran abridor para este partido que era clave para las aspiraciones de nuestros Orioles. Que hoy seamos primeros con un juego de ventaja es solo una anécdota. Lo esencial era ganar la serie particular contra los Rays. Era el objetivo y se cumplió. Ganamos la serie y pase lo que pase hoy, seguiremos siendo líderes. Tenemos el tiebreak.

Ayer pensaba que Flaherty llegaría por fin al 6º o 7º. Sigue en la suya sin llegar al 5º. El nivel de confianza en nuestros abridores en este momento yo lo tendría así: 1º Bradish, luego Rodríguez, Kremer, Means y Gibson. A Flaherty lo tengo que sacar de la baraja. Ha sido simplemente decepcionante. La única buena salida fue ante Toronto en su primer juego como parte de los Orioles. No digo que sea mal pitcher, es bueno pero el crédito se le acabó en Baltimore... 7 juegos, 1 ganado 3 perdidos, 7.11 de ERA. ¿Esos son números para un abridor de un equipo contendiente? ¿Tú le pondrías a abrir un juego de postemporada?

Pero hubo cosas buenas también: Bradish lanzó 7 completos. Solo salieron Jorge López y Yennier Canó del bullpen para un inning cada uno. El bullpen está fresco para el resto de la serie. Jonrones de O'Hearn y Henderson para mantener la tendencia en el caso del novato, para recuperar el momento en el caso de O'Hearn. Santander se ponchó 4 veces. ¿Terrible? Anoche fue apenas la 2ª vez en todo el año que se lleva un “golden sombrero”. Cuando eso ocurrió en Toronto el pasado 3 de agosto, en el siguiente partido la botó de jonrón. No digo más.

Este fin de semana es en cierta forma lo que habíamos esperado desde mediados de febrero. ¿Queríamos juegos significativos en Septiembre? Tenemos ante nosotros un play off definitivo, determinante y concluyente. Esta sí es nuestra primera gran final. Aquí vamos a ver si estamos para llegar lejos, mas allá del divisional. Orioles de Baltimore, Rays de Tampa Bay, solo uno puede ser el campeón de la división y lo definimos este fin de semana en Camden Yards.

Pero no pasa nada por caer ante los Cardenales en este partido porque lo realmente importante fue que tuvimos de nuevo abriendo un partido al estelar John Means. Mi mayor preocupación era que Means se sintiera bien, que le viéramos bien en la lomita y la verdad que no me decepcionó para nada su actuación.

De nuevo el bullpen hizo lo que nos tiene acostumbrados. Lanzaron 5 2/3 permitiendo solo 5 hits y dando un boleto y solo dos ponches. La decisión del partido recayó sobre DL Hall, su primer ganado del año, y también trabajaron Jacob Webb, Jorge Lopez, Danny Coulombe y cerró Fujinami que no se apunta salvado porque el juego terminó 11-5. Henderson volvió a sacarla del parque y la defensa esta vez sí estuvo a la altura. Esta vez la atrapada del partido fue para Austin Hays que justo había entrado un inning antes por Ryan O'Hearn que había estado en el jardín derecho.

Sin embargo, el error que nos enterró fue para no creerlo sobre todo por quién lo cometió y en qué posición. Cole Irvin, que había entrado en el 5º por Grayson, en el 6º golpea a McGuire y luego Rafaela se embasa por fielder's choice. Hasta ahí todo normal. Viene Devers que batea rolling por 1B y … la bola por entre las piernas de Ryan O'Hearn a lo profundo del RF pone hombres en 2B y 3B. Habría sido un doble play de libro por la fuerza del roletazo. Y como después del error viene el hit, ese hit fue un vuelacercas de Triston Casas entre LF y CF que puso en la pizarra el score final 7 a 3 a favor de Boston.

Si la asistencia espectacular de Fujinami para el out 41 que cerró el 5º fue importante, el movimiento de Hyde poniendo a batear a Urías en el 9º para enfrentar al zurdo Joe Jacques con dos outs y hombres en 1B y 3B ya fue la guinda del pastel, el summum, el toque del maestro. Urías pone la bola en RF y se trae la que sería la carrera que nos daría la victoria. Era la carrera Nº 13, la de la tranquilidad. Menos mal que los bates estuvieron presentes.

Qué repaso se han llevado los Medias Rojas. Tanner Houck aguantó 5 y 1/3 y con las 5 que permitió ya era suficiente para ganar a unos Medias Rojas que en el papel no se ven tan mal, pero es que algo tiene los Orioles que hasta Aaron Hicks, al que no mencioné antes, se ha convertido en un jugador rendidor. Ayer de 2-2 con dos remolcadas saliendo de emergente. 11-2 score final y nos preparamos para el segundo esta tarde con Jack Flaherty. Va a tener en frente a Chris Sale y de entrada, digamos que ya vamos perdiendo porque Flaherty contra Sale es pelea de tigre contra burro amarrao.

Los Angelinos, tristes, pitchers desquiciados, defensa fallona, bates apagados, mejor dicho la receta para el desastre. Victorias 6-3, 5-4 en extrainnings que fue el juego más entretenido y el final 10 a 3, una paliza que tiene que aprovechar Cleveland que les visita y se juega su última carta. Una barrida inmisericorde de nuestros Orioles que por un dia al menos detienen el chorro de comentarios fatalistas que parecen en las redes cuando pierden un partidito. A veces siento que el campañón de nuestros Orioles no le está cayendo bien a nuestra afición, que lejos de sentirse felices por lo que están haciendo, ya quieren que lleguen a la postemporada y arrasen con todo lo que se ponga enfrente.

Las victorias ante Chicago fueron plácidas y la derrota en el cierre ante los patiblancos se debió a la incomparecencia de los lanzadores. La caída en el primero ante los D Backs, hizo que nuestros detractores se frotaran las manos pensando: “ya se cocina la caída de los Orioles...” Y hasta daban por segura la victoria de Arizona cuando tuviéramos que enfrentar al sobrevalorado Zac Gallen.

Volviendo a Ohtani, creo que el japonés dió más de lo que su cuerpo podía dar para intentar ayudar a un equipo que no le correspondió en el esfuerzo. Está claro que lo de Maradona en el Nápoli o Messi en el Inter de Miami, no va a pasar en la pelota. En el béisbol un jugador solo no te gana los partidos, como puede suceder en el fútbol. Miren los Orioles. Dentro de los Power rankings de pitchers no hay ninguno de los Orioles aunque tengamos dos entre los más ganadores. Dentro del Power Ranking de los bateadores no hay ninguno de los Orioles. El primer Oriol entre los jonroneros está en el puesto 24 Anthony Santander. El primer pitcher de los Orioles en la lista de ponches está en el 21 Kyle Gibson que además, eso sí, está empatado en el 1er puesto de ganados con Zac Eflin con 13 victorias.

Nuestros Orioles, son a partir de ahora jueces y decidimos quién sigue y quién se va. Los 3 juegos importantes de la semana serán ante Toronto y luego vienen 3 ante Colorado en los que es posible que veamos sorpresas en el roster. Recuerden que John Means ya lanzó 4 entradas en Bowie con buen resultado. Tyler Wells está mejorando también. Ha tenido 3 salidas con Bowie y dicen que podría regresar para la recta final de Septiembre. Así entonces llegan John Means y Tyler Wells a reforzar la rotación, con Bradish en un gran momento, Kremer en un buen momento también, Grayson Rodriguez que ahora sí parece que despega y justo cuando Gibson empieza a flojear un poquito. Lo de Jack Flaherty todavía lo considero una incógnita. Miren que hasta Cole Irvin ha mejorado en comparación con lo que le vimos a principio de temporada. De nuevo el mérito no solo es de los jugadores, sino de los coaches. No les olvidemos.

Y la derrota duele menos que lo que ha dolido este robo de home. Mejor dicho, que es casi que una humillación lo que hemos sufrido por parte de los Padres y sobre todo por Tatis, que ha nacido hoy como uno de esos jugadores odiados por los seguidores de los Orioles como otros que seguro cuando los mencione, ustedes van a sentir lo que sentían los espectadores del informativo en la novela 1984 de Orwell cuando en la pantalla salía la cara de Goldstein, el enemigo del Gran Hermano.

Señores, pase lo que pase, lo que hemos disfrutado este año no tiene parangón. Tenemos que reconocer que esto es más de lo que soñábamos y por eso no hay que dañarlo con presiones adicionales o mensajes de odio hacia jugadores que nos han dado tanto. Sí, lo digo de nuevo por Jorge Mateo que fue fundamental para ganar el domingo y Fujinami también. Los dos, en el día que vamos a recordar por mucho tiempo como el día de Cedric Mullins.

Con el 2º out de Yordan Alvarez con un foul fly estilo hitchcock, que si se llega a caer se llenan las bases… Un turno de ajedrez contra Kyle Tucker, que es el nuevo coco que tenemos en contra, y que se pierde por milímetros, ahora sí, tenemos las bases llenas y dos outs. Madre mía que final, que final. Les reconozco que me vuelven a temblar las piernas al recordar el turno contra Yainer Díaz. Recordar que ya la había botado en el 2º para empatar. Batea Yainer un linietazo por la 3B, se tira Ramoncito y no puede atrapar la bola y el apoyo de Henderson fue fundamental. Con ese batazo se empataba el partido, pero Urías lo salvó a pesar de que no la atrapó. La jugada del partido. Ahí se ganó el juego.

Los Orioles han jugado 36 series hasta este momento incluyendo ésta que no ha terminado pero ya se ha ganado. El 65% de esas series (es decir 23) se han jugado contra equipos que estaban por encima de 500 en el momento en que enfrentaron a los Orioles. Porque es muy fácil decir que le ganamos la serie 2-1 a los Piratas que en este momento están con 49 y 61, pero no pueden olvidar que en el momento en que los enfrentamos, Pittsburgh estaba en su mejor momento: líderes del centro por encima de Milwaukee, que era en esos días el otro coco del centro de la nacional. Y así sucede con equipos que ahora están mal, pero que en su momento estaban jugando una buena pelota.

Lo de Mountcastle en Toronto ya es una barbaridad. De 13 turnos legales al bate en esta serie pegó 11 hits, anotó 5 y empujó 6. Me pregunto si Chapman le preguntó a Schneider el manager de los Azulejos por qué le lanzaban a Mountcastle. Había que pasarlo intencionalmente, hombre, como a Ohtani! La derrota del miércoles fue para quedarnos rascando la cabeza (¿que pasó?) Los Azulejos anotaron 3 carreras sin pegar un hit sumado a un error de Mateo, ay Mateo.

Llegamos a Toronto a jugar una serie definitiva. Otra serie definitiva porque la de los Yankees lo era y se superó. Pero esta define la posibilidad de los Azulejos a seguir en la carrera por el comodín. 4 juegos que van a llenar el Rogers Centre, donde el público nos odia, más que a cualquier otro equipo. Los fans de los Azulejos odian a los Orioles con odio jarocho. No conceden ni una buena jugada. Nada bueno que hagan los Orioles será aplaudido. Una atrapada, un batazo o una actuación del abridor. Nada. Pero Nada.

Hemos llegado al primer lugar de la división más potente de las grandes ligas y en cuanto llegamos a la cima, las hordas de fanáticos buscan al primero que cometa un error para destrozarlo en las redes. “Que hay que poner en asignación a Mateo” “Que Joey Ortiz la está rompiendo en AAA” “que ya basta de Mateo” Por favor, que Jorge Mateo fue uno de los pilares de los Orioles a principio de temporada. Tenemos que recordar que llegó a ser el que estaba al frente en cuanto a promedio al bate, anotando y empujando carreras. Con el guante nadie puede poner en duda lo que ha hecho Jorge Mateo por los Orioles de Baltimore.