Reportero En El Tiempo

El 23 de octubre de 1940 el Führer, Adolf Hitler, y el dictador Francisco Franco, ya en el poder tras ganar la guerra civil española, tuvieron su primera y única reunión en la estación de ferrocarril de Hendaya, al sur de Francia. En aquella reunión se debía negociar la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial, un conflicto en el que, en aquel momento, Alemania parecía invencible, con media Europa ya bajo el yugo nazi, incluida la recién ocupada Francia. Pero ni a España, arrasada tras tres años de guerra civil, ni a Alemania, por ser el nuestro un socio poco aprovechable, mostraron un interés muy determinante para que España firmase su adhesión definitiva al Eje. El Caudillo volvió a reclamar como compensación los territorios franceses del norte de África cosa que, tras horas de negociaciones, acabó exasperando a Hitler.

El 7 de junio de 1494, tras meses de intensas negociaciones, los reinos de Castilla y de Portugal firmaban en Tordesillas (actual provincia de Valladolid) un tratado internacional que marcaría el futuro reparto del continente americano. Con apenas información sobre las nuevas tierras que Colón acababa de descubrir en el Atlántico, y ante posibles disputas sobre los derechos de aquellos territorios en virtud de los firmado veinte años atrás en el Tratado de Alcáçovas, los dos reinos peninsulares solucionaron pacíficamente un conflicto diplomático que podría haber desembocado en una guerra. A partir de ese momento, los derechos de navegación y territoriales de las dos potencias quedarían marcadas por una línea vertical imaginaria a 270 millas al oeste de Cabo Verde. Esa fue la razón por la que Portugal ejerció sus derechos sobre Brasil, y Castilla sobre el resto del continente americano.

El 10 de junio del año 1942 unos 300 soldados alemanes y miembros de la policía colaboracionista checa irrumpieron en el pequeño pueblo de Lidice, en el protectorado de Bohemia y Moravia (actual República Checa). Esta población a escasos 15 kilómetros de Praga, fue escogida para ejecutar un castigo ejemplar: borrarla del mapa, destruirla, y ejecutar también a la gran mayoría de sus vecinos. Esta brutal acción fue una represalia por el atentado contra Reinhard Heydrich, número 2 de las SS y gobernador del Protectorado. "La bestia rubia", como se le conocía, murió como consecuencia de las heridas sufridas en dicho atentando, ejecutado en Praga por un comando de la resistencia checa enviada desde Londres.

En el año 80 de nuestra era, y bajo el mandato del emperador Tito, se inauguró en Roma el mayor anfiteatro del mundo conocido hasta ese momento. El Anfiteatro Flavio -que era su nombre original, aunque luego se conociera popularmente como Coliseo por la cercanía de la estatua del Coloso de Nerón- tenía capacidad para 50.000 personas y se levantaba en los terrenos que poco antes se había apropiado Nerón, tras el terrible incendio que asoló Roma en el año 64 dC. Para la inauguración del Coliseo se celebraron unos festejos que duraron cien días, en los que hubo peleas de fieras, ejecuciones y cómo no, combates de gladiadores.

El 10 de diciembre de 1959 el investigador Severo Ochoa recibió en Estocolmo el premio Nobel de Fisiología y Medicina, convirtiéndose en el segundo español en conseguir este reconocimiento, después de Santiago Ramón y Cajal. Severo Ochoa, que tras exiliarse durante la Guerra Civil había desarrollado prácticamente toda su carrera en el extranjero (Alemania, Reino Unido y sobre todo Estados Unidos), recibió el Nobel por haber sido la primera persona en sintetizar un ácido nucleico, en 1955, año en que aisló la polinucleotidofosforilasa, enzima capaz de realizar la síntesis de ácidos ribonucleicos.

El 16 de junio del año 1955 un grupo de militares opuestos al gobierno de Juan Domingo Perón perpetraron una de las masacres más terribles de la historia de Argentina. Aprovechando una exhibición aérea planteada como un desagravio a la bandera, por unos hechos acaecidos días antes, aviones de la Fuerza Aérea sobrevolaron la Plaza de Mayo y descargaron sus bombas sobre ella, con la intención de destruir la Casa Rosada, sede del Gobierno, donde se suponía que se encontraba Perón. Los militares llevaron a cabo este intento de goolpe de estado sin importarles los cientos de civiles que en ese momento se encontraban en la plaza, una de las más populares y concurridas de Buenos Aires.

En Masada se habían concentrado en el año 73 dC los más fervientes opositores a la presencia romana en Judea, que era ya una de las más conflictivas provincias del Imperio. Tras arrasar con Jerusalén y reprimir con extrema dureza a los judíos, la Décima Legión se encontró con un importante foco de resistencia en una ciudadela ubicada en pleno desierto, cerca del Mar Muerto. Allí, en la mítica fortaleza que gobernó Herodes, se habían reunido casi mil personas que no aceptaban someterse a Roma. Su ubicación, sobre una meseta y rodeada de barrancos, hacía casi imposible su asalto por parte de las legiones. Tras un asedio de casi siete meses, los ingenieros militares romanos encontraron la forma de llegar hasta los muros de Masada. Al entrar, se encontraron con que los judíos rebeldes habían preferido el suicidio colectivo antes que acabar esclavizados por Roma.

En el año 1609 el rey Felipe III, muy influido por algunos de los hombres de la Corte, como su valido el Duque de Lerma, firma el decreto por el que los moriscos debían abandonar España. Estas comunidades, descendientes de aquellos antiguos musulmanes forzados a convertirse al cristianismo cien años atrás, eran especialmente importantes en reinos como el de Aragón, el de Murcia o el de Valencia, donde -en este último caso- representaban un tercio de la población. Los moriscos eran además una fuerza económica nada despreciable, mano de obra cualificada especialmente en la agricultura. Pero los recelos hacia las falsas conversiones, el miedo a que fueran una fuerza conspiradora, aliada de potencias enemigas como el Imperio Otomano y el radicalismo religioso llevó a Felipe III a ordenar una deportación masiva de españoles que comenzó el 22 de septiembre de ese año en el Reino de Valencia.

Se supone que esto ocurrió en el mes de abril del año 1506. Así al menos lo recuerda una placa colocada en el Monte Ceceri, en la villa de Fiesole, cerca de Florencia. La placa está colocada en el mismo lugar donde se cree que Tommaso Masini, uno de los discípulos más cercanos a Leonardo da Vinci, se atrevió a probar una de las máquinas voladoras que había diseñado el maestro. Aquel ingenio fabricado en caña, cuerdas y telas de lino, imitaba la morfología de los pájaros, a los que Leonardo admiraba desde joven y a cuyo vuelo había dedicado incluso un tratado. Masini se lanzó desde el Monte Ceceri y, según se cuenta, consiguió planear unos instantes, pero ese vuelo estaba destinado a un pronto y brusco aterrizaje.

Fue uno de los papas más polémicos. Alejandro VI, de la poderosa familia de los Borgia (originalmente Borja, una familia noble de origen aragonés e instalada desde hacía siglos en la costa valenciana), había llegado a Roma siendo muy joven. Su tío, el papa Calixto III (el primer Papa de la familia Borgia) favoreció su vertiginosa carrera en la curia, y Rodrigo de Borja se convirtió muy pronto en uno de los cardenales más poderosos y más ricos de Roma. Los escándalos sexuales y de corrupción que le salpicaron no impidieron que a la muerte de Inocencio VIII, Rodrigo, entonces vicecanciller del Papa, obtuviera los votos necesarios del colegio cardenalicio para convertirse en el nuevo Sumo Pontífice, imponiéndose a sus rivales italianos. Alejandro VI fue coronado en la antigua basílica de San Pedro dos semanas después de ese cónclave, a finales de agosto del año 1492.

El 6 de noviembre de 1975 miles de ciudadanos marroquíes cruzaron la frontera que separaba su país de la provincia española del Sáhara. Cerca de 350.000 personas (alistadas, supuestamente, de forma voluntaria) participaron en la llamada Marcha Verde, promovida por el rey Hassan II con la finalidad de presionar al estado español para que entregara ese territorio al reino de Marruecos. España pretendía para los saharuis, siguiendo la doctrina de la ONU, un referéndum para su autodeterminación, pero Marruecos desoyó la doctrina del Tribunal de la Haya y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y llevó hasta el Sáhara Occidental esa gran manifestación popular que acabó acampando en territorio español. Mientras tanto en Madrid, más preocupados por el futuro que se abría con un general Franco muy enfermo, y viendo el apoyo que contaba Marruecos por parte de EE.UU., se fraguaba la entrega de esa provincia.

El 3 de noviembre del año 1957 la Unión Soviética marcaba otro hito en la carrera espacial: tras conseguir poner en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik 1, la URSS lanzaba el Sputnik 2, el primer satélite en orbitar la Tierra con un ser vivo en su interior. Aquella primera astronauta fue una perra callejera encontrada en las calles de Moscú una semana antes; los científicos desconocían las consecuencias de la microgravedad sobre los seres vivos y fue por ello que, en estos primeros lanzamientos espaciales, perros y monos eran los involuntarios tripulantes.

La madrugada del 25 de abril de 1974 un grupo de oficiales del ejército portugués, reunidos en el semiclandestino MFA, dirigió un golpe de estado contra la que era la dictadura más longeva de Europa. El "Estado Novo" creado por Salazar en 1926 seguía arruinando y desangrando a un país en su empeño por mantener a toda costa las colonias africanas. Las guerras en Mozambique, Angola o Guinea Bissau lastraban la economía de un país empobrecido e hipotecaban a una juventud cuya única alternativa al ejército era el exilio. Los oficiales de la MFA ocuparon los centros de poder sin apenas oposición y el día 25, pese a los llamamientos a que la gente permaneciera en sus hogares, los lisboetas salieron a recibir con gran entusiasmo a los soldados que cerraban una etapa negra para Portugal.

El 6 de marzo de 1836 el ejército mexicano liderado por el general Santa Anna asaltó, tras casi dos semanas de asedio, la fortificación de El Álamo, una antigua misión española en donde se habían refugiado alrededor de 150 rebeldes texanos, muchos de ellos colonos estadounidenses, que meses atrás habían comenzado una sublevación contra el gobierno mexicano para lograr su independencia. México, que se había declarado estado soberano 15 años antes, no estaba dispuesto a segregar su territorio. Los independentistas texanos habían ganado la batalla de San Antonio de Béjar a finales de 1835, pero en esta ocasión no pudieron aguantar ante un ejército enormemente superior a ellos.

La gran batalla de Alesia puso punto y final a la conquista de la Galia por parte de Julio César, una conquista que comenzó en el año 58 aC y se extendió durante seis años. En el año 52 aC un líder arverno, Vercingetórix, logra crear una gran coalición de gran parte de las tribus galas y plantar cara al cónsul de Roma. Tras algunos avances, Vercingetórix y cerca de 20.000 de sus guerreros tuvieron que replegarse a la ciudad fortificada de Alesia, donde las legiones de Julio César llegaron días después. Ante la imposibilidad de asaltar Alesia (ubicada en una colina y fuertemente defendida), Julio César tomó la determinación de rodear su perímetro con una valla y sitiarla, y construir además otra empalizada exterior que protegiese al campamento romano de un posible ataque de refuerzos galos. Esos refuerzos llegaron, pero a pesar de superar en número a los romanos, perdieron en la gran batalla de Alesia. Vercingetórix, el 3 de octubre del años 52 aC, no tuvo más remedio que rendirse.

La noche del 17 al 18 de marzo de 1808 el rey Carlos IV y su valido, su "superministro" Manuel Godoy descansaban en el Real Sitio de Aranjuez, en una parada en su camino a Sevilla. Mientras tanto, el ejército francés -autorizado por el tratado de Fointainebleau, firmado por Godoy poco tiempo atrás- había entrado en España camino a Portugal. Esos 65.000 soldados tenían permiso de paso, pero no para ocupar ciudades, como así hicieron con Pamplona, Barcelona o Burgos, entre muchas otras. Con el pueblo intranquilo por la presencia francesa, la "camarilla" del Príncipe de Asturias, Fernando, aprovechó para instigar un levantamiento difundiendo el rumor de que el rey y su corte querían escapar a América, dejando el país en manos de Napoleón. Ese motín de Aranjuez acabaría con la dimisión de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo, que reinaría con el nombre de Fernando VII.

El 25 de febrero de 1981, en segunda votación, Leopoldo Calvo Sotelo lograba los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno, el segundo de la joven democracia española tras la dimisión, un mes atrás, de Adolfo Suárez. Fueron tiempos de una extraordinaria inestabilidad política y social: apenas dos días antes, precisamente durante la votación de investidura, se había producido el intento de golpe de estado por parte del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero.

El 24 de abril de 1521 los líderes comuneros Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado fueron decapitados en la Plaza Mayor de Villalar (Valladolid), en represalia a la rebelión que habían liderado contra el rey Carlos I. El día anterior habían sido apresados tras una batalla en la que las tropas realistas, apoyadas por la alta aristocracia castellana, aniquilaron a unas debilitadas milicias comuneras. Bravo, Padilla y Maldonado eran los capitanes que habían promovido las primeras revueltas (en Toledo, Segovia, Salamanca, Ávila), a la que se sumaron importantes ciudades y villas castellanas. Los comuneros exigían, entre otras cosas, que el dinero de Castilla se quedara en el reino. El recién autoproclamado monarca castellano, Carlos I, nieto de Fernando el Católico, era un rey extranjero (nacido y educado en Flandes) más preocupado en esos momentos en coronarse emperador de Alemania y dueño así de media Europa.

El 2 de enero del año 1871 llegó a España Amadeo de Saboya, el candidato elegido por el Parlamento para ser Rey de España tras el triunfo de la revolución ("La Gloriosa"), el exilio de Isabel II y la aprobación de la Constitución de 1869, que instauraba la monarquía parlamentaria como forma de gobierno. Amadeo, duque de Aosta e hijo del rey italiano Víctor Manuel II, fue escogido sobre todo gracias al empeño del general Prim, por entonces presidente del Gobierno y que vio en él a un hombre dispuesto a modernizar nuestro país. Pero Prim fue asesinado días antes de la llegada de Amadeo de Saboya a España, por lo que su efímero reinado comenzó muy mal desde el principio. Amadeo I juró la Constitución pero hubo de enfrentarse desde el primer día con muchos enemigos políticos y con una situación social muy complicada.

El 1 de julio del año 1916 comenzó la más sangrienta de las batallas de la Primera Guerra Mundial: la que durante cinco meses se desarrolló en el norte de Francia, en el valle del río Somme, y donde los ejércitos aliados -británicos y franceses- y alemán apenas consiguieron mover posiciones. La batalla, que acabó en tablas, acabó con un saldo de más de un millón de muertos. Especialmente duro fue para las unidades británicas, las primeras en saltar de las trincheras, confiadas en que las defensas alemanas habían sido barridas por la aviación y los cañones aliados. Sólo el primer día, los británicos sufrieron 58.000 bajas.